El cálido reencuentro de Nicole y Geraldine- Revista Caras

"La maternidad nos reconcilió para siempre"

  

Domingo 18 de octubre. En la funcional residencia de Nicole Neumann (27), en un barrio privado de la zona Norte, se percibe un clima festivo. Y no es para menos. La dueña de casa celebra su primer Día de la Madre, motivo suficiente para invitar a compartir la fecha con Geraldine (25). Definitivamente reconciliadas luego de un doloroso distanciamiento, las hermanas atraviesan como tales una etapa de “volver a vivir”. Tanto en lo afectivo como en lo laboral, porque se acaban de asociar para lanzar “Sweet Rebel”, una marca de ropa para chicos que las unirá aún más. Y comparten con sus seres queridos una fecha que las vuelve a congregar en plenitud. Como si fuera poco, también se festeja el primer cumpleaños de Indiana (1), la beba soñada de Nicole que, inconscientemente, mucho tuvo que ver en la reunificación familiar.

“Sí, estuvimos peleadas. Sobre todo cuando yo estaba en México, porque la lejanía nos distanciaba aun más. Pero a partir de mi embarazo nos empezamos a acercar. Y cuando nació Indiana ahí sí, nos sentamos a hablar y comenzó otro capítulo en nuestras vidas. La maternidad nos reconcilió para siempre. Dijimos somos hermanas, nos adoramos, dejemos atrás las cosas que pasaron y empecemos de cero. Miremos hacia adelante con esto tan lindo que nos pasa. Tenemos a nuestras hijas, podemos compartirlo y disfrutarlo juntas”, admite la rubia top de Chekka Buenos Aires. Y “Gege” tampoco esquiva al bulto: “Son cosas que pasan en todas las familias, con la diferencia que en la nuestra se hizo público. A nadie le gusta estar distanciado de sus hermanos, pero a veces necesitás alejarte de las cosas para darte cuenta de lo importante que son. Lo ves desde otra perspectiva, y aunque duelan y una sufra, podés aprender. La pelea sirvió para darnos cuenta de que nos necesitamos”, confiesa la modelo de Multitalent Agency.

La superposición de fechas agudiza el ingenio de Nicole. Primero, celebra el día de las mamás, y a partir de las tres de la tarde organiza la fiestita de “Indi”. Antes, la producción fotográfica exclusiva para CARAS con su hija, su hermana, y su sobrina, Helena (3). Mientras sus dos maridos, Fabián Cubero (30) y Jorge Otamendi (30), se entretienen en un apasionante duelo de Play Station, las hermanas ponderan el efecto maternal. “Entrás en otra sintonía, en estado de paz y amor total. En mi caso estoy mucho más tolerante y desprejuiciada. Es el mejor trabajo del mundo, porque implica responsabilidades y no depende de los que vos quieras hacer, sino de las circunstancias. Tal cual dicen, es inexplicable”, revela Nicole. “A las dos nos pasó que empezamos a ver la vida de distinta manera. Nos cambió la cabeza, te cambian las prioridades y te das cuenta que necesitás a tu familia. No le das más bola a las pavadas y sí a lo que realmente importa”, destaca Geraldine.

—¿Cómo se empìezan a llevar las primitas?
—N: Rebién, a pesar de que se llevan tres años. Mi sobrina canta, habla y hace de todo, Indiana recién empieza a caminar. Todavía Helena la tiene como la bebota, siempre la amó, la quiere alzar, tocar y saber qué le pasa a su prima. Observa todo lo que hace, sobre todo cuando toma la teta. Son como hermanitas.
—G: Mi hija la ama, es su bebé, su juguete. Indiana la toma, le hace mimitos, y Helena le pregunta: “¿Por qué llorás?”. Tengo ganas de que crezcan un poco para que se puedan comunicar. Cuando “Indi” camine va a ser más divertido, supongo que se la van a pasar el día jugando.
—Nicole y Geraldine, ¿se parecen como madres?
—N: Tenemos distintas personalidades. Ella es más relajada, más jipona, y si bien yo soy relajada en ciertas cosas, soy más estructurada con los horarios de la beba. Por lo que vi hasta ahora, “Gege” es un poquito más permisiva como mamá, y yo más estricta (risas).
—G: Sí, la verdad es que busco mil excusas antes de retar a mi hija. Por suerte está el padre que me ayuda a ponerle límites, porque yo soy más cómplice de ella. Helena tiene un carácter complicado, mucha personalidad, y con Jorge estamos aprendiendo a decirle “no”. Somos diferentes, porque ser madre es algo que nadie te lo puede enseñar, nace de adentro.


Por Carlos Cervetto
Fotos: F. De Bartolo/ Perfil