Le dijeron que estaba embarazada pero tenía cáncer de útero

Tras siete meses de fallidos test de embarazo, los médicos descubrieron un tumor maligno.

Foto: mirror.co.uk

 

Sarah luego de su operación

Sarah Martin, una joven inglesa de 15 años, padeció el desarrollo de un cáncer de útero gracias a que su doctor estaba convencido de que estaba embarazada. Pese a asegurar que jamás había mantenido relaciones sexuales, su médico insistió en la realización de pruebas de embarazos que siempre dieron negativas.

“Definitivamente no estaba embarazada. Me sentía avergonzada de que la gente pensara que podría llegar a ser así”, relata una Sarah ya recuperada para el Daily Mirror. Tiempo atrás, la menor había notado un extraño crecimiento en su silueta pero pensó que se trataba de sobrepeso y decidió no hacer ningún comentario al respecto.

Luego de haber perdido su período menstrual por tres meses, la menor acudió a su niñera, Janice Paddey, quien la llevó inmediatamente al hospital. Luego de los test negativos, el médico asumió que los dolores y el aumento de peso se debían a una medicación que Martin tomaba para la epilepsia.

Con el tiempo, la menor comenzó a disminuir su apetito y, pese a que mantenía una dieta balanceada, seguía aumentando de peso. “Cuando volvía de la escuela estaba tan cansada que se iba directo a dormir una siesta. Como ella siempre fue una chica muy activa, me di cuenta de que algo estaba muy mal”, relató su niñera.

La odisea continuó hasta que una noche en la que Martin despertó gritando. “Estaba en la cama, lloraba a gritos y la llevé directo al hospital”, recordó la confidente de la menor. Una vez en la clínica, el médico volvió a insistir con las pruebas de embarazo porque, además de las dimensiones del vientre de la menor, el doctor aseguraba que podía sentir al bebé en su cuerpo.

Finalmente y luego de un ultrasonido, los médicos se enfrentaron a la realidad. “De pronto el cuarto se vio invadido de médicos. Comenzaron a explicarnos que habían encontrado un tumor maligno y que creían que Sarah padecía de cáncer. Realmente no lo pude creer”, confesó la niñera.

“Cuando me dijeron que tenía cáncer de ovarios, no lo entendí. Sólo sabía que estaba enferma. Al final, el doctor y al enfermera hicieron un dibujo para explicarme qué es lo que me estaba pasando”, relató Sarah.

Finalmente y luego de los errados diagnósticos, la menor se sometió a una operación de cuatro horas en la que pudieron extirparle el tumor.

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