Lo reveló uno de los damnificados por el robo de los boqueteros al banco Macro de Congreso. Había logrado rescatar sus ahorros del corralito de 2001 después de un prolongado juicio.
Foto: DyN

Fabián Vázquez, uno de los damnificados por el robo perpetrado por boqueteros a cajas de seguridad de un banco en el barrio porteño de Congreso, contó hoy que el dinero que le robaron lo había cobrado de un juicio que había iniciado por el corralito financiero .
"Todavía estamos shockeados. Son ahorros de muchos años de trabajo, de mi familia, de mis hijas, había mucho ahí. Era un cobro de un corralito después de nueve años de litigar", relató Vázquez.
El lunes un grupo de boqueteros ingresó a robar al tesoro del banco Macro, situado en Callao 256, de donde se llevó una suma de dinero que no había sido determinada, tras violentar más de 200 cajas de seguridad.
Los asaltantes tomaron como rehén al sereno de un instituto de enseñanza situado en la parte superior del edificio, al que se accede por una puerta ubicada al costado, donde funciona la entidad, tras lo cual dedicaron varias horas para realizar el agujero que les permitió introducirse en el banco.
En declaraciones a radio Mitre, Vázquez indicó que a los damnificados del hecho "los atendió un abogado del banco asumiendo toda la responsabilidad por parte de la entidad y prometió que iba a solucionar el problema".
"No nos hablaron de ninguna cifra, lo único que el banco manifestó es que quiere solucionar esto lo más rápido posible", agregó.
Vázquez expresó que "hay urgencias que responder a corto plazo" por parte del banco, ya que por ejemplo señaló que su hija tenía que pagar con el dinero robado un viaje a Estados Unidos.
El grupo de ladrones se introdujo en la Escuela Superior de Seguridad a Higiene Industrial que funciona en el mismo edificio del banco alrededor de las 22 del domingo último y tomó como rehén al cuidador, la única persona que se encontraba en el lugar.
El hombre fue encerrado en una habitación, tras lo cual el grupo comenzó a realizar el boquete desde la cocina del instituto de enseñanza, que da directamente al tesoro de la sucursal.
Los investigadores dieron por descontado que los asaltantes contaban con un trabajo de inteligencia previo a raíz de la precisión de sus movimientos, ya que conocían dónde debían perforar la pared.
El grupo golpeó, destruyó pared y mampostería e ingresó al banco sin que sonaran las alarmas de la entidad, que recién se activaron alrededor de las 7.50 del lunes, cuando los ladrones ya se habían ido del lugar.
Minutouno
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