Guido Süller sobre Fort: "Tenía una buena cola, grande, peluda"

Peleas y un supuesto romance en el pasado, cuando Ricardo tenía 19 años y Guido, 22. El hermano de Silvia cuenta los detalles de la relación con el "chocolatero".

Foto: minutouno.com

 

El mediático tiene los mejores recuerdos del millonario

Cuando Ricardo Fort llegó a la pantalla chica y se hizo famoso, comezó el rumor sobre la relación amorosa con Guido Süller en la adolescencia. El millonario no hizo más que desmentirlo y asegurar que sólo eran "buenos amigos". Pero Guido no se bancó la negación y apareció con cartas que, para muchos, son prueba suficiente del amor que había entre amos.



“Esas cartas me las escribió él, son absolutamente reales”, comenzó diciendo Süller en Intrusos. En teoría, los mediáticos comenzaron una relación amorosa cuando Ricardo tenía 19 años y Guido 22. Eran buenos compañeros y convivieron durante un mes, según el propio relato de Guido.

“Me decía que mi nariz era de ‘culo de pollo’ y me operé por él. Pero mientras estaba conmigo, él también se operó. Se hizo la ‘vueltita de la cola’. Tenía muy unida la cola con la pierna, porque era muy derecho, le faltaba la curvita... Tenía buena cola, grande y peluda, me acuerdo de eso”, reveló.

Guido, ya muy cómodo contando sus recuerdos y experiencias con el "chocolatero", fue por más: “Estuvimos conviviendo un mes en Punta del Este y dormíamos en el mismo cuarto pero en cama separadas. Fue cuando teníamos la transmisión mental de tocarnos la mano con la luz apagada”.

Según explicó, Fort acostumbraba ir a bailar sólo y volver de madrugada. Cuando llegaba, Guido lo esperaba sin poder dormir y a pura lágrima. “Él llegaba y creía que yo estaba dormido. Pero en realidad estaba llorando. Entonces yo pensaba: ‘que me da la mano, que me de la mano. Qué hago acá, en este caserón frío, soy tan chico...’. Entonces, con la luz apagada yo sentía un ‘tac’. Y Ricardo me agarraba la manito”, relató.

¿Otra recuerdo? Los mediáticos tenían una fiesta de disfraces. La idea de los chicos era sorprenderse con el modelito elegido. Pero, casualmente, ambos se disfrazaron de egipcios (con pollera y todo). “Yo me cambié en el vestidor de su madre. ¡No sabés las cosas que tenía ahí! Maquillaje, de todo… Entonces, cuando salí, él estaba más sencillo que yo y comenzó a pelearme”.

“Cuando estábamos esperando el ascensor, él me dijo: ‘No, así no vas’. Imaginate, yo estaba re llamativo, iba a ser la estrellita de la fiesta. Me obligó a que me cambiara, empezamos a pelear y me arrancó la ropa. Yo hice lo mismo”.

Guido y Ricardo quedaron casi desnudos, peleando en el ascensor y a los gritos. Llegaron a la planta baja del departamento y el portero no podía creer lo que sucedía. La bronca siguió, pero puertas adentro del departamento y nunca asistieron a la fiesta. No al menos a la de disfraces.

Un adelanto de las supuestas cartas de Fort a Süller:


“Estoy aquí, en el simple color de las palabras. En la curva creciente de mis manos. Porque quiero quererte a mi manera, para toda la vida, sin espacios. Porque tengo el antojo de abrazarte y este poema es mi mejor abrazo. Estoy aquí en el simple color de las palabras. Estoy aquí para decirte que te amo”.

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