River sigue sin poder festejar

El equipo de Astrada igualó 1 a 1 ante Godoy Cruz como visitante. Hace nueve meses que no hilvana dos victorias seguidas.

Foto: Télam

 

No hay caso. River sigue sin poder hilvanar dos alegrías consecutivas. El equipo de Leonardo Astrada empató 1 a 1 ante Godoy Cruz en Mendoza y se fue con un sabor amargo ya que estuvo cerca de festejar su segunda victoria seguida.

El Millonario hace nueve meses que no logra acumular una racha de triunfos. 30 partidos ya pasaron de aquellas victorias ante Central y Banfield en el arranque del Clausura pasado. Y en Mendoza, tuvo una gran oportunidad porque ganaba y jugaba bien. Pero River no vive de alegrías por estos tiempos.

El equipo de Astrada había arrancado muy bien. Y a los tres minutos se puso en ventaja con una buena jugada de Diego Buonanotte que le sirvió el gol a Mauro Rosales. Pero el trabajo de la visita no se quedó ahí y siguió buscando. Buonanotte complicaba en cada ataque a la defensa del Tomba y el delantero estuvo a punto de ampliar la ventaja con dos remates que se perdieron muy cerca del palo de Nélson Ibáñez.

A los 35 minutos de la primera parte, se produjo un regreso muy esperado: la vuelta de Ariel Ortega. El Burrito ingresó por la lesión de Marcelo Gallardo tras su recaída y recibió la ovación de casi todo el estadio.

En la segunda parte, River entró dormido. Y lo pagó caro: en la primera llegada, Ariel Rojas de cabeza batió a Daniel Vega luego de una buena jugada colectiva.

A partir de ahí, el Tomba se agrandó y aprovechó el decaimiento y el cansancio de su rival. El equipo de Trossero apretó en el medio campo, controló el balón y estuvo cerca de quedarse con la victoria. Primero le anularon (bien) un gol a Christian Chávez por offside. Y luego la victoria estuvo en los pies de Federico Higuaín, pero el remate se fue besando el poste.

Una curiosidad fue la amonestación de Sebastian Salomón a los 28 minutos del segundo tiempo porque fue la primera amarilla del partido. Y eso que se pegaron bastante, pero Pittana fue muy permisivo.

En la última, Ortega casi la cuelga del ángulo en un tiro libre sobre la izquierda. Pero entre Ibáñez y el palo le negaron el grito al Burrito. Hubiese sido el regreso soñado.

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